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Trabajar con aspectos de nosotros mismos que odiamos o rechazamos puede ser un proceso difícil pero transformador. Requiere valor, autocompasión y la voluntad de explorar las profundidades de nuestro mundo interior. Aunque es beneficioso buscar el apoyo de un psicoterapeuta, hay pasos que puedes dar por tu cuenta para iniciar el camino de la curación.
Un método para trabajar con las partes rechazadas de nuestra personalidad es emprender un proceso de autoindagación y autocompasión. Exploremos un ejemplo de trabajo con la parte crítica de la personalidad:
Identifique y describa la parte rechazada: Tómate un momento para identificar las cualidades o aspectos específicos de ti mismo que odias o rechazas. Por ejemplo, si luchas con la autocrítica, la parte rechazada puede incluir cualidades como la dureza, la ira o la crueldad. Pasa unos momentos en silencio, reconociendo y describiendo esta parte de ti mismo.
Reflexiona sobre el propósito del comportamiento: Profundiza en la comprensión de por qué existe esta parte rechazada dentro de ti. Hazte preguntas como ¿Qué estoy intentando evitar con este comportamiento? ¿De qué me estoy protegiendo? Escucha tus respuestas internas sin juzgarte ni autocriticarte.
Explora la causa raíz: Reflexiona sobre las experiencias o situaciones que pueden haber provocado la aparición de esta parte rechazada como mecanismo de protección. ¿De qué dolor o trauma trata de protegerse esta parte de ti? Aborda esta exploración con curiosidad, empatía y aceptación, reconociendo al niño interior herido que llevas dentro.
Muestra compasión y cuidado: Una vez que hayas comprendido los orígenes de la parte rechazada, muestra compasión y cuidado hacia ti mismo. Imagínate como una figura compasiva y cariñosa que consuela y tranquiliza a la parte herida de ti mismo. Visualiza una escena en la que ofreces amor y apoyo al aspecto vulnerable de tu ser.
Practica la autocompasión y el autocuidado: A lo largo de este proceso, presta atención a las reacciones y sensaciones de tu cuerpo. Respira lenta y profundamente para conectarte con el momento presente. Agradécete a ti mismo por participar en este trabajo de sanación. Si te sientes abrumado, tómate los descansos necesarios y retoma el ejercicio cuando te sientas preparado.
Al participar en este proceso de autoindagación y autocompasión, puedes empezar a cultivar una comprensión y aceptación más profundas de las partes rechazadas de ti mismo. A través de la paciencia, la amabilidad y la empatía, puedes sanar e integrar gradualmente estos aspectos, permitiendo que emerja una mayor plenitud y amor propio. Recuerda que la curación es un viaje y que está bien buscar apoyo y orientación a lo largo del camino.